lunes, 27 de abril de 2009

Cuando un lugar te emociona

Naturaleza salvaje, gente de brazos abiertos, pacificos el mar y los pobladores, serenidad, belleza, un elogio a la lentitud... todo eso y mucho más es El Ostional...

Este fin de semana hemos visitado una comunidad rural del municipio de San Juan del Sur que está apostando por el turismo rural comunitario. La gente abre las puertas de sus casas como alojamientos y como comedores para los visitantes, compartiendo con nosotros muchos de sus ratitos y pedacitos de sus vidas.

Toda una experiencia compartir con ellos dos días de nuestro viaje, conocer cómo se organizan, por qué estan apostando, las nuevas iniciativas en las que trabajan... Además nos regalaron una noche cultural en la playa con hoguera, música y danza... un largas conversaciones en la playa... Momentos irrepetibles bañados en la mágica luz de las llamas y el rumor del mar.

Te debo aún muchas historias que no he podido recoger en este blog (Internet no ha funcionado todo lo bien que nos hubiera gustado...), pero las quiero dejar por escrito pronto, aunque sea desde España...

Esta es la última noche que dormimos en Ticuantepe... un trocito de mí se quedará aquí y se llenará con todo lo que me llevo, todo lo que he aprendido en este cortito tiempo que pasamos acá (todo lo bueno y también lo menos bueno...)

Te dejo unos momentos








sábado, 25 de abril de 2009

Miraditas

Todo sigue adelante... vamos, venimos, visitamos, vemos... también disfrutamos del camino que nos está llevando a pisar con nuestros pies ejemplos prácticos de proyectos que inciden en la vida de muchos de los habitantes del país...

Al fondo de la mochila está la experiencia de visitar la Asamblea del país, con una descripción detallada de su funcionamiento y una visita guiada (con entrevista para la tele incluida...). Es un lujo visitar el seno del poder ejecutivo, sentirte un diputado por un día!

Flotamos en el Lago de Nicaragua mientra una asociación ecologista y la empresa nicaragüense que se encarga del agua en el país nos hablan sobre la extrema contaminación a la que está sometida la segunda fuente de agua más importante del país, y sobre los proyectos que están iniciando para poder depurarlo y recuperarlo.

Vamos llenando la mochila en Boaco, donde nos contaron cómo se está informatizando y conectando a 30 municipios del país con la administración nacional para poder trabajar en red con los diferentes sistemas de registros (censo, catastro, recaudaciones...) que se están generando para facilitar el trabajo a las administraciones y el acceso a la información (un proyecto de TIC financiado por Finlandia).

También allí echamos un puñado de tierrita Nica de una explotación agroganadera donde se está formando y apoyando a pequeños propietarios para que reforeste su finca de una manera productiva, a la vez que contribuye a la recuperación de zonas degradadas.

Dejamos reposar la mezcla con tiempo de ocio para pasar mejor el fin de semana. El bus de don Rigo nos llevó hasta Catarina, donde el tiempo se detiene en una supensión mágica y los pensamientos se sumergen en la Laguna de Apoyo, y sobrevuelan la ciudad de Granada para perderse en el Gran Lago de Nicaragua al fondo... También momentos de música, de ron y de compartir historias de la memoria vival de un país, de un pasado no tan remoto... o no tan pasado...

También metimos en la mochila unas conchas y un poquito de arena fina y arena gordita del Pacífico en Masachapa, un pueblito que se está desarrollando turísticamente y donde la mayor parte de la población vive del pescado.

Y como las palabras no son suficientes para describir todas estas cosas, te regalo unas miraditas de todos estos días. Que las disfrutes.





















Somoto. Poder joven

Escuchar hablar a María, Larry o Erik en Somoto ha sido toda una lección!
También en este otro municipio del Departamento de Madriz tuvimos una reunión con jóvenes que forman parte de una iniciativa llamada Voz Joven, que comenzó como un proyecto de sensibilización y formación sobre sexualidad y prevención de ITS y se ha convertido en una Casa de la Juventud Municipal en toda regla y una escuela de líderes... (es un proyecto que se ha puesto en marcha en muchos municipos a nivel nacional).

Somoto es más grande que Totogalpa (creo que unos 160.000 habitantes) y también su población se encuentra dispersa en el núcleo urbano (con 24 barrios) y 56 comunidades. Es el esquema común de organización político-administrativa dentro de los Municipios, que a la vez se agrupan en Departamentos. Así de difícil la gestión de los servicios... a lo que se suma la gran dificultad en los accesos y las distancias: hay comunidades que se encuentran a 6 horas a pie hasta el municipio y encima no hay acceso para vehículos de motor...




"Han creído en nosotros, en que podemos ofrecer algo y nosotros aceptamos el reto" "somos el presente y el futuro de este país" Erik.
"Nosotros somos profesionales, aunque no tengamos un diploma, porque nos hemos formado, hemos recibido charlas y tenemos mucha experiencia..." María.
"Tenemos la energía suficiente, la inteligencia para hacer miles de cosas, a veces faltan las vías, los medios" dice Odwen dirigiéndose a su "compañero" alcalde.
"Porque sólo miramos lo que hace el alcalde y no lo que podemos hacer nosotros" Larry.


Estos trocitos son parte de los "discursos" que nos regalaron, hablando en todo momento con propiedad de empoderar, liderar y actuar con los jóvenes del municipio y con el apoyo de la alcaldía!!! Las comparaciones son odiosas y la situación de cada país es particular e irrepetible, sí, pero... uf! Ya nos gustaría en nuestros países desarrollados contar con tantos jóvenes como estos que conocimos durantes estos días en Totogalpa y Somoto!!!!

Bueno.. más cositas sobre esta visita...
Dormimos en un centro de formación (tipo internado) donde jóvenes de las comunidades de Somoto reciben una formación técnica. La situación inicial fue desoladora... llegamos de noche, la habitación asignada para las chicas estaba ocupada por algunas alumnas buscando intimidad y por la señora cocinera del centro (que estaba acostada y ni se levantó...), justo al lado de los servicios y con un inidentificable olor a tajeas y algo más, a unos 3 km del municipio... Por otra parte la habitación de los chicos presentaba aún un aspecto más difícil... compartiendo con muchos chicos del centro que tenían la habitación como te puedes imaginar que puede estar una habitación con tanto hombre... a todo esto se une los alumnos internos no estaban muy contentos con nuestra presencia... je, je, je... Después de un ratito dándonos una vuelta todos juntitos y entre risas y chistes se nos fue pasando el susto... Os pongo unas fotitos del centro (una vez amanecido, que con la luz del sol todo se ve diferente!!!)



La mañana siguiente visitamos un proyecto productivo: La Escuela de Campo. En esta iniciativa enseñan a la población de las comunidades nuevas técnicas para mejorar la producción de los campesinos, de modo que reciben una formación teórica durante los sábados y el resto de la semana hacen grupos para trabajar en una pequeña porción de tierra (cedida por uno de los alumnos) poniendo en práctica lo aprendido durante todo el ciclo de la cosecha hasta la comercialización de los productos. Y como todos los proyectos que hemos visitado todo está muy organizado y siempre se da la máxima cabida a la toma de deciciones de los participantes.



Visitamos el huerto, hablamos con los alumnos y alumnas de la escuela de la comunidad del Tamarindo (que así se llamaba), conocimos a las mujeres de los líderes y nos llevamos un buen sabor de boca... el contacto directo con la población, saber algunas de sus opiones sobre el país, sus necesidades y su municipio, conocer algunas de sus experiencias, compartir momentos, cruzar miradas y sonreirnos mutuamente... ah! y probamos el fruto del tamarindo que da nombre a la comunidad (rico, una mezcla entre dulce y limón, se come una película cremosa que cubre la semilla, de un color marron...)


Pero lo mejor lo dejo para el final: viajamos durante 14 km desde Somoto hasta la comunidad en la parte trasera de un todoterreno... por un camino de tierra... y ¡¡¡Detrás de otro coche que nos guiába!!!! Cambiamos de color... la ropa, el pelo y hasta los dientes se iban cubriendo del polvo del camino... toda una experiencia que no se nos olvidará (y a nuestros traseros tampoco....) La vuelta ya la hicimos en el primer coche... menuda diferencia... Un buen ratito.





Estos dos días que hemos estado en Totogalpa y Somoto me han mostrado la cara más amable de la cooperación, la capacidad del pueblo de organizarse, de identificar sus necesidades, de generar nuevas iniciativas y sacar adelante sus proyectos. Es cierto que muchos de ellos están apoyados y financiados por organismos internacionales y cooperación de otros países, pero la materia prima está aquí, y es de buena calidad!!!


lunes, 20 de abril de 2009

Descubriendo Totogalpa. Pasito a pasito.

El primer contacto directo con comunidades y proyectos que hemos tenido este año ha sido en Totogalpa. Ha sido como una inyección de energía positiva, un voto de confianza a la pequeña cooperación...


Es un pequeño municipio del departamento de Madriz (sí Madriz con z) que ha sido conocido siempre por su alto índice de pobreza entre la población rural y por la especial incidencia de la enfermedad del chagas (un bichito que vive en las paredes de adobe). Las construcciones por el departamento son diferentes a las casitas de retales de chapa que se ven salpicando las carreteras o incluso en la periferia de Managua. Son casitas hechas de ladrillos de adobe y con techos de teja (bueno, no todos, pero la gran mayoría sí) pues esa zona es conocida por la elaboración de ladrillos de adobe y también de cerámica, aunque en concreto Totogalpa se dedica a la producción de tomates.





Tiene una población aproximada de más de 10.000 habitantes, aunque sólo unos 2000 residen el el núbleo urbano y el resto diseminado en las diferentes comunidades... Si ya es difícil que los servicios y recursos lleguen a todos los municipios, imaginaros qué supone acceder a población que vive en pequeñas comunidades rurales a varias horas de distancia andando del municipio del que dependen... Difícil, verdad?
Pues bien, en este pequeño rinconcito del país conocimos varios proyectos sobre mejora nutricional en el municipio, sobre apoyo a la pequeña producción y sobre juventud (que es lo mío, jeje).





Allí conocimos a Mercedes, la joven secretaria de la corporación, que nos acompañó durante toda la tarde, explicándonos con todo detalle el funcionamiento de las iniciativas participativas que se ponen en marcha en el municipio, así como los proyectos futuros que esperan ejecutar.
Una cosa muy curiosa es que todos los trabajadores del ayuntamiento (incluidos concejales y alcalde) van identificados con un “uniforme” que consiste en un polo que va cambiando en función del día de la semana (de lunes a viernes). Los colores son verde, amarillo, rosa, blanco y azul, coincidiendo con los colores del logo del poder ciudadano. Os imagináis a Carlos y Fernando a juego con sus polos de colores?? jeje!!!



Pero lo mejor de todo esto es encontrar a muchos jóvenes que están dedicando una gran parte de su tiempo para intentar mejorar la situación de su comunidad, jóvenes que han conseguido lo que los adultos llevan mucho tiempo intentando: la riqueza de la diversidad, pudiendo reunirse jóvenes sandinistas y de otras ideologías, religiosos, pequeños y grandes…



Pues resumiento después de tol rollazo: la visita a este pequeño municipio ha supuesto para mí un rayito de esperanza en un panorama que se estaba poniendo un poquito oscuro después de varios días aquí. Creo que he visto muchas incongruencias durante estos días, muchas visiones bien distintas de la misma realidad; cada uno la pinta de colores tan diferentes que no parecen provenir del mismo país (bueno, casi es así... unos viven a cuerpo de rey, otros tienen que estirar los córdobas como chicles y otros subsisten con arroz y frijoles...) y la mayor desesperación es que la situación está montada tan, tan bien, que resulta casi imposible ni tambalear los cimientos que sustentan el sistema...

Pero Totogalpa ha sido un ¿y por qué no? ¿merece la pena seguir invirtiendo en pequeños proyectos que beneficien a una parte pequeñita de la población, pero que poco o nada contribuyen a cambiar la situación real de un país desde la base? Los jóvenes que allí conocimos han mejorado sus vidas, sus relaciones y miran el futuro con otra perspectiva, ya no se sienten tan solos... ¿merece la pena?